Hoy después de mucho tiempo
nos volvimos a encontrar
pude tus labios besar
y respirar de tu aliento.
Pude encontrar el pretexto
para mirarme en tus ojos
como antes, sin enojos
sin agravios, ni denuestos.
Y debido a tener prisa
por tantas ocupaciones
reprimimos emociones
y fingimos la sonrisa.
Tampoco hubo esta vez viandas
que bañáramos con vino
fue un encuentro repentino
carente de propaganda.
Me valí de una artimaña
para así poder tocarte
pero debo confesarte :
ya te sentí muy extraña.
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