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jueves, 29 de julio de 2010

Para tí.



El internet la puso en mi camino
y no esperé que íbamos a entendernos
creí que con el hecho de leernos
suficiente era para este pueblerino.

No me voy a quejar aunque podría
y tampoco diré que hubo maltrato
todos hemos tenido malos ratos
Ella,  a veces, contagiaba su alegría.

Se libró ya de mis impertinencias
y de aquellos poemas  mal rimados,
de los versos de un poeta en decadencia

Ya no habrá poemas encadenados
que concluía haciendo gala de paciencia
ni tampoco abrazos apretados.


lunes, 26 de julio de 2010

Toda la vida .

Con que derecho has entrado en mi vida
a perturbar lo que en mi alma aun perdura
a exhumar de aquella sepultura
todas las cosas que estaban dormidas ?.

Porqué has violado esa cerradura
con que bloqueaba las acometidas
de quienes no eran ya más bienvenidas
porque olvidaron besar con ternura ?.

Ya no recuerdo nuestra despedida
pensar en ti era una tortura
que no dejaba sanar aquella herida.

Como iba a prescindir de la dulzura
de tu cara cuando estabas dormida ?
con quien iba a estrenar mis travesuras ?

II

Cómo te atreves ahora a presentarte
simulando que todo está olvidado
pretendiendo que todo fue al pasado
y así sin más ni más regrese a amarte ?

Crees que sigo pensando en la dulzura
de los besos que en mis labios dejaste ?
Que mis manos buscan tu figura
como un ciego al que abandonaste ?

No vuelvas por favor. Yo te lo ruego
mi alma ha quedado alicaída
entiende que el amor no es un juego

No me digas que estás arrepentida
y que solo por mi has sentido fuego
porque te voy a amar toda la vida.

sábado, 24 de julio de 2010

Sin dedicatoria.


Igual que en harem tenía
un poeta muchas musas
una para cada día
pero libres, no reclusas.

Escogía una al azar
y juntos hacían poesía
viendo las horas pasar
cumplían sus fantasías.

Todas tenían experiencia
su trabajo bien lo hacían,
él no tenía preferencia,
rimando se entretenían.

Pero un día sin intentarlo
de una de ellas se prendó
y sin poder evitarlo
de las demás se olvidó.

Las que habían sido abnegadas
de pronto se liberaron
se fueron en desbandada
y nunca más regresaron.

El poeta y su ayudante
escribían a todas horas
de una manera incesante
y a menudo a deshoras.

El exceso de escritura
causóles agotamiento
ya les dolía la cintura
y otras cosas que no cuento.

Armóse ella de valor
y ya no quiso escribir
le dijo : Sabes mi amor,
yo también me quiero ir.

Llorando se despidió
de la mejor de sus musas
y muchas obras dejó
completamente inconclusas.

El poeta no comprendió
porqué terminó esa historia
y los versos que escribió
no tienen dedicatoria.


Sin ayuda

Porque quiero conquistarla como se usa
sin aburrirla con mis versos gastados
no teniendo a mis poemas como aliados
sin la más mínima ayuda de mis musas.

Voy a pedir al poeta de inmediato
que se mantenga a prudente distancia
dedicado a ejercer la vagancia
y en el más absoluto celibato.

Le voy a sugerir que se disponga
a invernar hasta ser requerido
porque le voy a estar agradecido
si su ausencia mucho se prolonga.

El mismo tratamiento voy a darle
al músico que a veces aparece
le vamos a pedir que no regrese
que busque alguien más a quien cantarle.

Si este procedimiento no funciona
y no hay a quien culpar de mi fracaso
he de solicitar con prisas al Parnaso
que me mande una musa picarona.

jueves, 8 de julio de 2010

Nuestra amiga.


Hace tiempo que acusamos
a una persona inocente
a la cual sobre-estimamos,
como yo,  fue incompetente.

Supusimos  que culpable
de tu inapetencia era
la cual se había hecho palpable
de la forma en que se viera.

Después resulté inculpado
decías temer mi rechazo
no volví a ser de tu agrado
 me tachaste de un plumazo.

Nada conseguía prenderte
y culpable o inocente
me tocó al final perderte,
perderte entre tanta gente.

Sospechosos me sobraban
para la culpa endilgarles
y el tiempo así se pasaba
sin encontrar al culpable.

Dejamos de tolerarnos
reñíamos por cualquier cosa
no volvimos a besarnos
te volviste belicosa.

Otra era la causante
de tanto desasosiego
de que los encuentros de antes
fueran ya peleas de ciegos.

Su llegada subrepticia
nos terminó atrapando
y a la ausencia de caricias
me terminé acostumbrando.

Y a los dos nos transportó
de la alegría a la desgracia
pues de improviso llegó
nuestra amiga Menopausia