El otro día.

El otro día me dijiste

que mucho habías disfrutado

cuando conmigo estuviste

cuando te tuve a mi lado.

Y me dijiste también

que tu sabias apreciar

el que te tratara bien,

y el saberte conquistar.

Que te encantaba sentir

de la seducción el juego

que eso te hacia revivir

que te alimentaba el ego.

Yo a veces pienso lo mismo

agradable es seducirte

provocarte nerviosismo

sin llegar a confundirte.

Estar contigo al acecho

tapándote las salidas

cubriéndote de atenciones

sirviéndote unas bebidas.

Llenándote de ternura

guardando la acometida

odiando tus vestiduras

sintiéndote consentida.

Planeando una travesura

sorprenderte distraída

subir tu temperatura

quitarte lo alicaída.

Disfrutando tu figura

sin ser tan perfeccionista

palpando esa tu textura

con mis manos de pianista .

Que te sientas defendida

que olvides la compostura

que vas a estar protegida

escuchando mis locuras.

Que me abrace a tu cintura

aunque tenga brazos cortos

que enterremos la amargura

y me mantengas absorto.

Pero tienes que entender

que no siempre puedo hacerlo

que me debo contener.

No es fácil desvanecerlo

Porque hay días que no es posible

contener estos deseos

porque estoy hipersensible

y tú estás en tu apogeo.

Tampoco tú eres muy buena

al guardar la compostura

si no hay acción de mi parte

pronto pierdes la cordura.

Mejor será organizarnos

y no andar con seducciones

para no desesperarnos

ni incurrir en violaciones.

Entregarnos por completo

sin restricciones ni ambages

sin importar que éste prieto

arruine tu maquillaje.

Y cuando haya pasado

Esa locura de amar

Cuando todo esté calmado……

Volveremos a empezar.