Pretendí olvidar tus besos
recreándome en otra boca
sin ya esperar tu regreso
ni lo que a mi me provoca.
Lo intenté con muchas ganas
porque lo necesitaba
y a las que estaban cercanas
defectos ya no encontraba.
Traté de olvidar tus ojos
buscando en otras miradas
lo que me tuvo de hinojos
soñando en las madrugadas.
Quitarle a alguien la camisa
no costó mucho trabajo
para olvidar tu sonrisa
hacía falta un agasajo.
Me busqué unas tibias manos
para darles mis caricias
como cuando toco el piano
con ternura, sin malicias.
Al recorrer otra piel
palmo a palmo y sin premura
extrañé el olor aquel
y parecía más obscura.
Al detenerme en los senos
no los sentí tan calientes
los sentí un poquito ajenos
y también muy diferentes.
No tropecé con lunares
cuando la espalda exploré
ni me detuve en lugares
que alguna vez me apropié.
Las piernas aunque agradables
nunca iban a compararse
reconozco, eran palpables,
no hechas para acariciarse.
El vientre aunque de mi agrado
me hacia sentir huraño
no era aterciopelado
lo sentía un poco extraño.
No existía esa humedad
que se volvía manantial
no era de mi propiedad
ni había sabor especial.
Lo que mencionar faltó
no lo voy ni a musitar
porque aunque me alborotó
no me alcanzo a conquistar.
Creo que seguiré buscando
hasta tener la fortuna
no perderé la paciencia
como tú encontraré una.
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